DF Conexión a China | China refuta a Milei y nadie quiere decírselo
Andreas Pierotic Abogado, ex agregado comercial de Chile en Beijing
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Andreas Pierotic
“Occidente está en peligro. Aquellos que supuestamente deben defender los valores de Occidente se encuentran cooptados por una visión del mundo que inexorablemente conduce al socialismo y, en consecuencia, a la pobreza”. Pronunciada la frase, empresarios y autoridades asiáticas se deben haber encogido en sus asientos en Davos, riendo para sus adentros.
Escucho a Javier Milei hace meses. Su dogmatismo anti Estado condensado en Davos, es sintomático de la rigidez mental occidental y de la trampa que nos subordinará al desarrollo económico de Asia, que avanza pragmáticamente siguiendo los grandes pasos de China.
“El dogmatismo anti Estado del Presidente argentino, condensado en su discurso de Davos, es sintomático de la rigidez mental occidental y de la trampa que nos subordinará al desarrollo económico de Asia”.
Milei -y así como él, buena parte de las élites occidentales- prefiere ignorar un hecho evidente: China ha mostrado cómo en apenas 40 años se puede salir de la pobreza material más absoluta a competir en la frontera tecnológica. Y ese fenómeno se ha dado justamente por un pragmatismo que reconoce la importancia de un buen Estado para incentivar toda la fuerza creadora del capitalismo. Pragmatismo puro que hace justamente a Argentina depender hoy de China.
La repartición de las próximas candidaturas municipales en Chile permite explicarme.
¿Cómo evaluamos a los alcaldes en Chile y en buena parte de Occidente? Meramente a través de la popularidad estadística y la democracia electoral. Si un alcalde logra elegirse, es indicador suficiente de su legitimidad frente a los colegas políticos, no obstante, el statu quo o incluso la decadencia evidente de su ciudad.
En China el estándar es hacer a los alcaldes responsables principales del desarrollo económico agregado del país. ¿Qué significa esto? Que todo alcalde tiene que contribuir al país con resultados concretos: ¿cuánto ha crecido la economía de su jurisdicción? ¿Cuántas empresas y nuevas inversiones logró atraer? ¿Cuán sustentable ha sido ese desarrollo? Hay ciudades en China creciendo hoy a 20%. En Chile, tener registros estadísticos municipales públicos que hicieran competir a los alcaldes sería hasta de mal gusto: ¿Para qué sacar al pizarrón al alcalde y hacerlo sonrojar?
Si estudiamos la historia de cualquier encumbrado político chino, veremos que su creatividad y capacidad de impulsar la iniciativa privada fue premiada en cada escalón de su carrera. Mientras, fueron congeladas las carreras de los malos burócratas (los que no fueron exitosos promoviendo el desarrollo empresarial).
Los autos eléctricos, trenes-bala, tecnología aeroespacial, fintech, IA, en China; o la biotecnología, servicios portuarios y financieros de Singapur; así como sus industrias de los próximos 50 años, elevan su efectividad por el trabajo pragmático entre un buen Estado (con KPI’s reconocibles) y los empresarios.
Hay mucho tiempo para que Asia siga demostrando que, en países en vías de desarrollo, una economía más inteligente jamás nacerá bajo el ideologismo decimonónico de Milei; como tampoco, por cierto, bajo la captura asfixiante del Estado por los peronistas.